22 Sep Turismo Responsable. El día que fui a un zoo
Voy a hablar de Turismo Responsable, o mejor dicho irresponsable. En febrero de 2013 me encontraba en Australia y Nueva Zelanda rodando un programa de viajes para un canal de televisión. Tenía que producir seis episodios de 25 minutos cada uno donde mostrara lo mejor de este continente.
Uno de estos episodios estaría dedicado a conocer la fauna de estos dos países. La idea original era mostrar estas especies únicas en su entorno natural, algo imposible salvo que tuvieras tiempo, presupuesto y paciencia ilimitadas.
La fauna autóctona de estos países es muy esquiva. Salvo canguros que hay sobre población y arañas del tamaño de una mano que te las encuentras hasta en la sopa, especies como kiwis, koalas o wombats son casi imposibles de localizar en libertad.
Para poder sortear estos problemas hice lo fácil y sencillo; visitar un zoológico. En ese momento no sentí ningún conflicto interior por acudir a un zoo. No estaba concienciado como lo estoy ahora sobre el cautiverio que estos lugares representan para las especies salvajes. Aparte me encontraba en Australia un país al que se le presupone muy respetuoso en el trato a los animales. Pero principalmente estaba apremiado por filmar estas especies, ergo decidí mirar para otro lado.
El personal del parque zoológico (no digo la ciudad porque en todas rigen las mismas normas) fue exquisitamente amable conmigo. Me facilitaron los permisos de filmación así como preferencia en los shows para el rodaje.
De las interacciones con animales quiero destacar tres y sus consecuencias.
KOALAS
Los Koalas son para los extranjeros la gran atracción de los zoos australianos. En la mayoría de los estados de Australia se ha prohibido a los turistas coger a los koalas por el estrés que para ellos supone. Aparte de ser animales salvajes no nacidos para el cautiverio, necesitan dormir 20 horas al día debido a su frágil alimentación y sistema inmunológico. Para no privar a los turistas del placer de tocar a un koala se han estipulado unas horas concretas al día en las que la gente puede hacerse fotos y acariciar a un koala únicamente desde los brazos del cuidador.
A las 12 am tocaba sesión de fotos y caricias. El cuidador buscó entre los koalas alguno que estuviera despierto. No habiendo ninguno eligió uno que dormía, lo despertó y durante media hora el animal sufrió los manoseos de más de veinte personas, entre las cuales me encontraba yo.
SERPIENTES
Desconozco el universo de las serpientes. Se que no me dan miedo y que siempre encontré snobista la idea de colgarme una de ellas como si fueran un collar. Allí me dieron la oportunidad de dejarme rodear por una larga y bella serpiente pitón que trajeron metida en un saco. Poco tiempo después vi a la misma serpiente enrollada como un ovillo en una cabinita de metacrilato inmóvil esperando que la volvieran a meter en un saco para entregársela como una pelota de playa al siguiente turista que lo solicitara.
COCODRILOS
Ver alimentar un enorme cocodrilo varado en una piscina es otro de los atractivos en los zoos de Australia. Al terminaba el espectáculo en el que un enorme ejemplar devora un pollo como si fuera una aceituna, los cuidadores informan que estamos invitados a tener en nuestras manos a un auténtico cocodrilo vivo. Tras las risas del primer momento, aparecen con una caja de la que sacan un ejemplar de cocodrilo de un metro de longitud con la boca sellada con cinta aislante. Desconozco si se trataba de una cría de cocodrilo o un adulto de especie enana.
Cuando el cocodrilo vio lo que tenia delante, empezaron a retumbar en los oídos de la gente los gritos agudos más desgarradores que jamás escuche en un animal. Todos sabíamos lo que estaba pasando, pero esos chillidos de queja no fueron suficientes. Los cuidadores nos ofrecieron coger el pequeño cocodrilo y no me resistí a tomarlo entre mis manos.
Tras la emisión de los programas por televisión yo podría subir los contenidos a mi canal de YouTube. Esta experiencia que aquí estoy narrando está toda documentada en un vídeo de cinco minutos que almaceno en un disco duro y de donde nunca saldrá. No es Turismo Responsable. Este vídeo no será publicado.
Para más información sobre Turismo Responsable visita la web de la fundación FAADA.
Adnimalsfree
Publicado en 10:53h, 28 septiembreHola Rubén. Vemos que ya eres un Turista Responsable con los animales, capaz de sentir esa empatía de la que mucha gente carece. Nos gustaría que leyeras un poco sobre el proyecto adnimalsfree.org y te adherieras al compromiso para no utilizar animales salvajes en cautividad en tus producciones audiovisuales. Contacta con nosotros para saber un poco más, por favor. ¡Muchas gracias!
Marta Negro
Publicado en 12:24h, 28 septiembreHola Rubén. Más vale concienciarnos en algún momento de nuestras vidas, y cuando lo hagamos, intentar que otros lo hagan. Me gusta todo el post por el significado que conlleva, pero más me gusta tu decisión de no publicar el video por principios.
Un saludo!!
Ruben Alonso
Publicado en 13:34h, 28 septiembreMuchas gracias Marta,
La verdad es que poco a poco empezamos a tomar conciencia de este tema del cautiverio animal, a pesar de lo mucho que queda por avanzar, estoy optimista, la gente cada vez lo tiene más claro. Un saludo! 🙂
Ruben Alonso
Publicado en 13:37h, 28 septiembreHola gente de Adnimalsfree.
Me comprometo a entrar en vuestra web y a conocer vuestras campañas. En mi caso fue la fundación Faada quien me ayudó a entender lo que se está haciendo con los animales. Estamos en contacto entonces. Un saludo y gracias a vosotros! 🙂